miércoles, 25 de mayo de 2016

La Edad del Bronce (Artesanos y Comerciantes - Comercio e Intercambio)

Artesanos y Comerciantes

No toda la poblacion de la Edad del Bronce vivia unicamente de la tierra. El auge de la metalurgia y la creciente complejidad de esta labor trajeron aparejado el surgimiento de nuevos grupos sociales dedicados a las nuevas actividades a tiempo completo o parcial: propectores de metal, mineros, broncistas, orfebres, transportistas, etcetera. 


Seguramente, los artesanos y comerciantes no tenian ningun poder, trabajarian para las elites dirigentes que les aseguraban su proteccion a cambio de mantener el control de la produccion y la difusion de las nuevas fuentes de riqueza, aunque hay autores que consideran que la abundancia de depositos de bronces a finales de la Edad del Bronce podria ser un indicio de que, en esa epoca, los mercaderes se hicieron cargo de la direccion del negocio.

Comercio e Intercambio

La prueba directa de la existencia de redes de intercambio en este periodo es, naturalmente, el hallago en muchos lugares de objetos que se sabe que fueron producidos en otra region o que fueron fabricados localmente pero con materias primas de origen mas o menos lejano. Sin duda, el cobre y el estaño fueron los materiales que mas activa y profusamente circularon durante la Edad del Bronce. No todas las regiones europeas disponian de criaderos de metal, por lo que sus habitantes se veian obligados a obtemerlo en areas a veces lejanas; la demanda, cada vez mas amplia, llevo a plantear y garantizar rutas estables de aprovisionamiento.


El exito del buen funcionamiento de estas rutas se hace particularmente evidente en el caso de los paises nordicos, una region desprovista de los metales basicos, donde surgieron brillantes broncistas. Durante algun tiempo se penso que Micenas habia sigo en la edad del Bronce el centro nuclear de una red paneuropea de intercambios de metales y otros productos, y que habia jugado el papel de inspiradora de la metalurgia continental. En la actualidad, gracias a las dataciones por carbono 14 se sabe que esta red no dependio de Micenas y que es relativa la idea de supuestos itinerarios comerciales por medio de los cuales se  habrian difundido el estaño ingles, el ambar baltico o las cuentas vtreas egipcias. 

No cabe duda de que tales rutas existieron, pero problamente el fenomeno fue mas complejo y los intercambios tuvieron lugar a una escala mas reducida, en forma de redes de menos alcance y con mayor independencia unas de otras. Una de ellas seria el circulo atlantico, donde se intercambiaban metales y joyeria de oro, se exportaba estaño y se importaba ambar, como preludio de los intensos contactos que caracterizan el Bronce Final de la region. 

Tambien Europa central fue un activo centro comercial desde el Bronce Antiguo, los hombres de Unetice, primero, y los de la Civilizacion de los Tumulos, despues, supusieron un estrategico puente entre los paises nordicos y el Mediterraneo, por donde tambien fluia el metal y el ambar. En contra posicion, amplias areas geograficas del Mediterraneo occidental, incluidos las islas, quedaron al margen de estos circuitos. Ademas de los metales tradicionales de este periodo, un mineral que circulo por Europa en cantidades considerables fue la sal, sobre todo a finales del Bronce. Este valioso elemento, imprescindible para el hombre y sus ganados, se obtenia a partir de las aguas marinas, las aguas salobres continentales o las minas dell sal gema. 

Las principales regiones de obtencion eran las costas de mar del Norte y de Bretaña, el norte de Francia y Europa central. La sal marina de las costas atlanticas se obtenia mediante el calentamiento del agua en recipientes apoyados en pilares y colocados sobre el fuego. Concluida la desecacion, se elaboraban panes de sal, que eran faciles de comercializar y exportar. Sin duda, en los circuitos comerciales de la Edad del Bronce se intercambiaron tambien comestibles y tejidos y, probablemente, otros productos, como mujeres y esclavos, pero de todo ellos no ha quedado evidencia alguna.

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